Por qué te encanta el diseño emocional y aún no lo sabes
Fuente:Dietmar Rabich Echa un vistazo a tu alrededor y fíjate en ese ordenador del que estás enamorado, la cubierta de un libro que te atrapó nada más verlo o ese bote de galletas que se ha ganado tu cariño sin saber muy bien la razón. ¿Sabes lo que une a todos esos objetos? Un buen diseño emocional, un concepto que queremos explicarte porque nos fascina.
Del diseño convencional al emocional
El diseño, como cualquier otro aspecto de nuestra vida diaria, está siempre sujeto a vaivenes, modas y otras cosas que vienen a durar lo mismo que un suspiro. Aunque a veces hay novedades que tienen pinta de durar un poco más de lo normal. Así, hasta no hace demasiado tiempo, los diseños se basaban en transmitir eficiencia, durabilidad y resistencia. Claro que en sectores como el de la moda, la clave siempre ha estado en la elegancia y la sofisticación, y es que, a fin de cuentas, el diseño es algo propio de cada campo. Ahora bien, la aparición del diseño emocional ha venido a revolucionar un poco todo este panorama. Lo que se pretende ahora no es apoyar el diseño de un objeto en sus cualidades y sí desplazarlo hasta las emociones que despierta. ¿Diseñar en base a las emociones? Parece un reto, pero lo cierto es que es la clave del éxito de muchas empresas y productos en la actualidad. Fuente:Katerina Kamprani
¿Cómo mejora la vida el diseño emocional?
El diseño emocional nos hace identificarnos a todos con el producto que tenemos delante. Para las empresas, esta conexión de productos o servicios con emociones puede llegar a ser bastante rentable económicamente. Por ejemplo, un casino online consigue una mayor fidelidad de los jugadores si apuesta sus campañas publicitarias a despertar emociones como la pasión del juego o la diversión. Sucede incluso con los bancos. ¿Quién no ha visto alguna vez el anuncio de un producto financiero en el que aparece gente que ha conseguido todos sus sueños y se siente segura? Esta confianza y perspectiva de futuro es la que se orienta al espectador con el diseño emocional. En definitiva, este tipo de diseño está pensado para hacernos disfrutar de los servicios de un casino, de los de un banco o de un nuevo reloj de una forma más íntima y personal, por lo que la relación con todos los objetos que nos rodean se vuelve más emocional y, por lo tanto, más humana.
Un mundo lleno de sentimientos
Habrá quien piense con toda seguridad que lo único que pretende el diseño emocional es convencer sin aportar razones de que necesitamos cosas que realmente no nos hacen ninguna falta. Sin embargo, la realidad va mucho más allá de eso. El diseño emocional puede que esté más dirigido a quienes ya poseen los productos que a los potenciales consumidores. Sí, es cierto que la publicidad es un intento de vender al fin y al cabo, aunque no es menos cierto que los objetos despiertan emociones cuando caen en nuestras manos y no antes. Entonces, ¿es preferible tener cerca cosas que nos despierten emociones o solo aquellas que resulten especialmente útiles y eficaces para una tarea? Como ambos aspectos no están en nada reñidos, la verdad puede estar en una perfecta combinación de ambos aspectos. Así, el diseño emocional viene a mejorar en todos los sentidos los productos y servicios de cualquier empresa del mundo. Una página web con una interfaz agradable, una oficina que nos atienda en un entorno cercano y humano o un casino que despierte sueños y transmita emoción son cosas mejores que aquello que solo es útil y nada más.